
La ciudad no descansa. Desde primeras horas de la mañana la gente circula con sus bicicletas, cargados con la compra, el portatil o los niños.

A medida que la tarde se va conviertiendo en noche las tarrazas y los cafés se van llenando de gente que se reune para charlar y disfrutar de una cerveza o lo que sea...

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