jueves, 12 de febrero de 2009

Irene y Rubén









El domingo por la mañana nos fuimos a dar un paseito en bicicleta por el cauce del río. En toda la excursión sólo sufrimos dos percances: En el primero Irene perdió el control de su bicicleta y fué a parar al suelo sin demasiadas consecuencias. En el segundo, cuando le puse su flamante casco, le pellizqué con el cierre en el cuello. ¡Lo siento en el alma!
A Rubén le fué fenomenal en la silla en la que le lleva Isa, y yo sólo compartí con él unas rosquilletas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hemos de repetir este paseo o cualquier otro, y es que a los 4 nos encanta disfrutar de vuestra compañía...